jueves, 27 de noviembre de 2008

MORADORES EN LA MANCHA: INTRANSIGENTES INDESEABLES




Mal poema XXXIII


Convénceme de que me quede
y serás amarga con tu pelo y tus pupilas
Devórame intransigente
y verás en ti esa rueda perversa
Carga conmigo hasta la muerte,
hasta el final decadente que te transforma en bruma
Y la decadencia rítmica que perturba tu mente

martes, 25 de noviembre de 2008

Poema XXVII


De ser otro me consuelo con la inconstancia de mis día,
y la intuición de estar sentado olvidando la suerte y reprochando el mundo…
el olor de la podredumbre, la marca borrosa de mil mujeres
y mil dolores que te atraviesan como el miedo, como la locura
y te dejan agónico al borde de esos ojos,
de esa mirada que te transporta hacia lo que siempre será la compañía,
para reírte de ti mismo, de tus palabras absurdas
y de la insospechada, tramposa
y siempre sorprendente manera en que te derriba la razón

jueves, 13 de noviembre de 2008

Jugador de toda la cancha


quién fue? en dónde? demonioss!! otra vez perdido, otra vez rodeado de tanto perdedor, de tanta mediocridad y de tantas almas en pena, que pena, que pena, quizás he debido jugar fútbol, ser futbolista, ser un hombre de toda la cancha, como me decía un amigo, parar de pecho la pelota, arrancar desde atrás, saltar uno, dos , tres jugadores, salir jugando, hacer un pase, volver a recibir el balón, y hacer gol..golll!!!! cada mañana me levanto más tarde, cada noche me acuesto más tarde, siempre llego tarde, me devora la manera fría de ser nadie, de compararme con los más grandes, con lo que nunca seré: capitán de la selección Colombia...que sueño tan perdedor.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El viaje menor VII


El viejo francés sabía que era francés, por eso nunca dejó de mirarme así, de reojo, de arriba abajo, como miran los franceses, con esa superioridad que les da el comer buen queso y buen vino, acompañado de buen pan, y de unas mujeres hermosas, siempre bien vestidas, estilizadas, conocedoras de muchas cosas pero de nada a la vez, siempre perfectas…tenía toda la razón para mirarme así. Perdieron en Waterloo, perdieron en Indochina, perdieron en Trafalgar, Hitler invadió París, Algeria se independizó… los franceses no han ganado nada, sólo el derecho a comer buen queso, buen vino, buen pan y a tener unas mujeres hermosas. El viejo francés continuó sentado en esa vieja silla alta de la barra de un bar en la candelaria -el nombre del lugar no lo recuerdo, tal vez no tenía, como muchas cosas en la candelaria- y me insinuaba, ahora en francés, mientras inclinaba su cabeza del lado derecho, que Francia era lo que era porque lo merecía, porque la gente era civilizada, correcta, inteligente, elegante, Colombia no se merecía nada, país inmundo, porque éramos bárbaros, tontos, torpes, subdesarrollados, pero sobre todo, Feos. Se zampó el poco vino que le quedaba en su vaso de un solo golpe. No tuve como objetarlo.

lunes, 3 de noviembre de 2008

el viaje menor VI


Después de tristes guerras, me levanto y reconfiguro lo que quizás pueda ser mi muerte. Un bocadillo de tortilla o más bien un aplastado croissante de almendras de aquella patisserie cerca de la rue d'ulm, todo se hace comestible, todo al final se hace banal cuando se te entumecen los dedos en invierno mientras esperas, como un tonto, a alguien que jamás llegará. Después de esta guerra, mi palabra queda en duda, mis momentos más lúcidos son ahora olvido y penumbra, y si me muerdes el hombro, puedo llegar a enamorarme o a sentir por lo menos unas ligeras cosquillas en el vientre, tal vez sea tanto alcohol o exceso de comida mexicana. Debo pensar en regresar, se me ha hecho tarde y puedo perder la oportunidad de verte por esa misma ventana, pero tal vez ya no estés...todo fue imaginación, prefiero que sea así, quiere decir que estoy vivo, que he sobrevivido a otra batalla.