martes, 20 de enero de 2009

Pequeño diálogo de los amantes

"Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito".
Virginia Woolf

"¡Ay, qué amante es la rosa y qué amada la espina!".
Gabriela Mistral

"Hace frío sin ti, pero se vive".
Roque Dalton

-Por favor quédate

-no puedo, tengo que trabajar

-no, quédate conmigo siempre

-…tengo que trabajar

sábado, 17 de enero de 2009

Fracasando (los cursi del fracaso)

“El futuro está ahí, lleno de días,

pero es un duro charco: por él pasan

lentas sombras de sueños cuando pasan...

Nocturnos cielos cúbrenme los días”.
Nicolás Guillén

“Muerdo el anzuelo
y vuelvo a empezar de nuevo cada vez…”
Andrés Calamaro

Pierdes tus posibilidades de ser querido, te la juegas por una de ellas y pierdes con las dos, es un destino inhumano, es un destino de destierro, debes partir, debes huir, replantearte tu manera desordenada  e invisible de vivir, no te quedan caminos, no te quedan salidas, caes ante su mirada  como el más estúpido, ante esa manera de sonreír y de ver las sombras que te dan la realidad, pero temes alejarte, decirte que nada es posible, que todo es una manera de reír, de reírte de ti, en tu cara, pero ella es clara, tiene por costumbre ser sincera, y aunque sabe que soy algo más que un par de palabras o un par de historias, siempre encuentra una excusa para hacerte pensar y cuando llegas tarde, cuando eres simplemente “circunstancial” tu camino es de barro, es luchar contra las piedras, pero vivir el instante, el momento, tal vez sea una excusa que te lleva y te acerca al abismo, al que sabes que llegarás, pero esa mirada diáspora, ese dolor que se repite, porque sabes que no quieres ser su amigo, que lo que quieres es un instante cómplice, una caricia noble que te transforme, que eleve ese pensamiento maligno, macabro, el de amar, el de querer y ser querido, a ese innombrable mundo que es el fracaso, el fracaso de haber perdido, de haber soñado, que con ese olor, con esa estrafalaria e inocente manera de darme la mano, o de mirarme, me estás dando excusas para compartir el silencio, el silencio de las mañanas y los momentos plenos en los que te levantas y me pides un beso, tal vez nunca lo pidas, me queda mucho tiempo, me congelo, nunca había competido con tanta desventaja…quizás haya alguien que te quiera más que yo, pero yo quiero quererte como el único instante en que te pueda tener.